Durante estas seis semanas previas al cumpleaños de Aguchita, continuamos compartiendo reflexiones sobre: cómo su vida y ministerio se hicieron eco en cada una de las seis áreas de intervención de la Congregación, mucho antes de que fueran definidas en nuestros Documentos de Posición. En esta, nuestra cuarta reflexión, compartiremos sobre el enfoque de Aguchita hacia la ecología integral.
Aguchita fue bautizada en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Nieves en el pueblo de Coracora en Perú. El nombre de este pueblo -donde creció y pasó su infancia- proviene de la palabra quechua qura que hace referencia a un pantano donde crecen plantas herbáceas de forma silvestre. Este entorno natural sin duda moldeó el amor de Aguchita por el medio ambiente. El siguiente extracto, adaptado del libro Aguchita: Misericordia y Justicia, demuestra cómo Aguchita reconoció la presencia de Dios en cada aspecto de la Creación.
Como cualquier otra niña de esa época, Aguchita trabajaba en el campo y cuidaba a los animales, lo que le gustaba hacer. .Su sobrina, Teresa Esther Chuquizuta, recordó que los padres de Aguchita "tenían tierras y hacían queso" y que de ahí surgió el "amor de Aguchita por las plantas y los animales". Ángela recordó que "siempre se consideró una persona del campo, que amaba mucho la naturaleza; decía que cada planta era la manifestación de Dios". De hecho, Aguchita solía decir a las mujeres: "una casa sin plantas está sin vida".
Entre 1.970 y 1975, a Aguchita se le pidió que ofreciera apoyo a las hermanas contemplativas de la Congregación en Salamanca, Perú. A veces iba a los jardines con una de las hermanas que tenía reumatismo, diciéndole que le haría bien en cuerpo y alma. Ella creía que la tierra era capaz de "controlar la enfermedad".
En posición de la Congregación sobre la ecología integral abarca la interconexión de la ciencia y la teología. Afirma que “ofrecen conocimientos globales fiables ... (y) enriquecen nuestra comprensión del mundo como fuente de profunda contemplación y actividad sagrada".
El tema de la edición de este año Semana Laudato Si - es “Semillas de esperanza”, va acompañado de una cita orientadora de Laudate Deum: “No hay cambios duraderos sin cambios culturales... y no hay cambios culturales sin cambios personales” (LD 70). (LD 70).
De las acciones y palabras de Aguchita, podemos ver cómo abrazó la naturaleza como un signo de esperanza y reconoció la interconexión de toda la Creación. Sus acciones personales buscaron lograr un cambio cultural y duradero.
¿Estás abierto a abrazar una nueva conciencia, una nueva identidad y nuevos comportamientos personales para reconciliar tu relación con la Madre Tierra? A medida que profundices en tu conciencia de la presencia de Dios en todas las dimensiones de la Creación? ¿Qué cambios personales harás para lograr un cambio cultural y duradero?