Por la Hna. Monique Tarabeh, Editora del Círculo de Bendiciones, Comité de Comunicaciones del Capítulo Regional, Provincias de Nueva York/Toronto, Centro Sur y Centro de Norteamérica
"Consolar a los que sufren, ser una presencia de sanación y esperanza: esta es mi alegría y mi vocación."
Beata María Droste
Comenzó en 1982, en el corazón palpitante de la ciudad de Nueva York, un lugar lleno de ambición y aflicción, donde la riqueza de los rascacielos proyectaba largas sombras sobre la profunda pobreza. En ese mosaico de historias, la Hermana Laura Aversano, Hermana del Buen Pastor, vio algo que otros no vieron: el sufrimiento silencioso, a menudo invisible, de quienes luchan con enfermedades mentales, traumas, aislamiento y pobreza, especialmente aquellos sin acceso a atención médica.
Decidida a actuar, la Hermana Laura fundó lo que entonces se conocía como Servicios de Consejería María Droste, bautizándolo en honor a la Beata María Droste zu Vischering. Maria Droste era conocida dentro de la familia del Buen Pastor por su inquebrantable compasión y su capacidad para consolar a quienes sufrían dolor emocional y espiritual. Con solo dos voluntarios y una gran esperanza, la Hermana Laura comenzó la misión de ofrecer sanación y restauración a través de servicios de salud mental accesibles.
Desde sus humildes comienzos, el Centro de Consejería María Droste se ha convertido en una comunidad vibrante y con una misión clara. Hoy en día, el centro ofrece acceso a terapia compasiva y asequible a más de 300 clientes cada año, gracias a un equipo de más de 20 terapeutas, la mayoría de los cuales trabajan noches y fines de semana para atender a las personas en sus necesidades. "El acceso no solo significa asequibilidad", explica la directora ejecutiva, Sarah Strole. "También significa estar disponible cuando las personas realmente necesitan ayuda."
Sarah asumió su rol de liderazgo hace cuatro años, justo después de que la COVID-19 transformara el mundo, especialmente el campo de la salud mental. "Mi primer desafío fue ayudarnos a adaptarnos", recuerda. "Tuvimos que adoptar la telesalud, actualizar nuestros sistemas y replantearnos el verdadero significado de la accesibilidad en la era digital". Desde capacitar a los terapeutas en historiales médicos electrónicos hasta ayudar a los clientes a firmar formularios en línea, la misión nunca fue solo brindar terapia. Fue hacer posible la sanación.
Incluso con el cambio, la esencia del centro se mantiene firme.
"Nos basamos en la dignidad de la persona”, explica Sarah. “No solo tratamos diagnósticos, sino que escuchamos historias. Vemos a la persona, su identidad, su experiencia y los sistemas que han moldeado su trayectoria”. Muchos clientes han tenido experiencias negativas con grandes sistemas de salud mental en el pasado, especialmente aquellos que son inmigrantes, de bajos ingresos o personas negras, indígenas y de color (BIPOC). Pero aquí, en María Droste, encuentran algo diferente: seguridad, presencia y respeto.
El centro ofrece terapia individual, terapia familiar y de pareja, y sesiones grupales. Si bien no todos los terapeutas se especializan en todas las modalidades, Sarah se asegura de que el equipo evolucione según las necesidades de la comunidad. “Mi objetivo es nunca tener una lista de espera”, dice. “Porque cuando alguien finalmente está listo para pedir ayuda, no debería tener que esperar."
Aun así, la sanación no siempre llega de forma solemne. También puede llegar con risas.
Sarah ríe entre dientes al recordar un encuentro reciente: “Le enseño a mi hijo las mismas herramientas emocionales que comparto con mis clientes: identificar los sentimientos, hacer una pausa antes de reaccionar, empatía. Íbamos en el coche y alguien me cerró el paso en el aparcamiento del supermercado. Sin pensarlo, dije: "¡Qué tonta!". Y desde el asiento trasero, oí: "Mamá, quizá solo está teniendo un día difícil". ¿Y saben qué? Mi hijo tenía razón. Tuve que hacer una pausa y decir: "Sí, mamá se equivocó''. Se ríe. “A veces, tus propias enseñanzas vuelven para mantenerte bajo control. Fue una experiencia humilde y divertida”.
La humildad, la alegría y el profundo cariño infunden el espíritu del Centro María Droste. Pero como muchas pequeñas organizaciones sin fines de lucro, el trabajo no está exento de desafíos.
"Los terapeutas de aquí podrían ganar más en otro lugar”, dice Sarah. “Pero se quedan porque creen en esta misión. Aun así, el peso emocional que llevan es muy grande”. Y añade: “Si me preguntan cómo pueden apoyarnos, les diría que, por favor, oren. Oren por nuestros profesionales clínicos, quienes cargan con tanta carga emocional junto con nuestros pacientes, mientras trabajan en un lugar donde podrían ganar más en otro lugar. Oren por nuestro equipo, que realiza este trabajo con profunda dedicación, pero con un coste, tanto emocional como económico. Oren por fortaleza y claridad para nuestra junta directiva y liderazgo mientras seguimos pensando en nuestro futuro, especialmente en este caótico clima político y económico. Y oren por nuestros pacientes, especialmente por aquellos que han sido defraudados por sistemas que se suponía debían ayudarlos. Mientras seguimos esforzándonos por ser un lugar de sanación, sabemos que sus oraciones marcan la diferencia''
Tras cuatro décadas, el Centro de Consejería María Droste se mantiene firme en el espíritu de su fundación, pero con la mirada puesta en las cambiantes necesidades de su tiempo. Desde la Hermana Laura hasta el diverso equipo actual de terapeutas y personal, una verdad perdura: la sanación es una labor sagrada. Y cuando se realiza con humildad, humor y esperanza, se convierte en una señal del amor de Dios en el mundo.
Con la mirada puesta en el futuro del centro —en busca de colaboraciones, sostenibilidad y un acceso más amplio—Sarah menciona un último ingrediente esencial: la comunidad.
"We don’t do this alone”, dice. “No lo hacemos solos", afirma. "Somos parte de la familia del Buen Pastor. Contamos con agencias Hermanas en las que nos apoyamos. Personas a las que llamamos cuando las cosas se ponen difíciles. Y ese sentido de misión compartida, de que no estamos solos en esta labor, es lo que marca la diferencia."
Para obtener más información o apoyar este ministerio, visite www.drostemhservices.org.