Por: Hna. Maureen Catabian, RGS, Filipinas (Provincia de Filipinas – Japón)
En Filipinas, desde septiembre, las calles se han llenado de manifestantes indignados de todos los ámbitos de la vida en todo el país. Jóvenes, especialmente estudiantes universitarios, abandonan sus clases en protesta por la corrupción generalizada que azota al país, perpetrada sistemáticamente por políticos corruptos del Gobierno Filipino. Senadores y Congresistas, así como funcionarios del Departamento de Obras Públicas y Carreteras y otras agencias relacionadas, han sido acusados de usurpar miles de millones de dólares destinados a proyectos de control de inundaciones.
El Presupuesto Nacional aprobado en 2024 huele afondos no programados”, que muchos consideran la nueva cara ‘Pork-barrel’ money del clientelismo político, gastado en proyectos fantasma.
El 21 de septiembre, aniversario de la Proclamación de la Ley Marcial en 1972 por el entonces presidente Ferdinand Marcos Sr., coincidió con la marcha ''Bahain Ang Luneta Laban sa Korupsyon'' (Inundación de Luneta contra la Corrupción) y la “Marcha del Billón de Pesos contra la Corrupción” en el Monumento al Poder Popular en EDSA, donde las Hermanas del Buen Pastor y sus aliadas marcharon con miles de manifestantes para denunciar la corrupción masiva en el Gobierno.
En respuesta a la grave situación del país, nuestras Hermanas y aliadas en Filipinas emitieron la declaración “No pobres, solo robadas. Un llamado a la justicia y la integridad”, que dice lo siguiente:
En los últimos meses, nos hemos visto afectados por una serie de eventos que han puesto aún más de manifiesto el sistema de corrupción arraigado en el Gobierno.
Nos encontramos inundados por las devastadoras crecidas provocadas por las lluvias monzónicas de agosto. Somos conscientes de que estos desastres no son meras calamidades naturales, sino desastres provocados por el ser humano debido al abuso ambiental, la negligencia y la corrupción.
Los proyectos defectuosos de control de inundaciones ponen en peligro la vida, especialmente la de la mayoría pobre. A pesar de la enorme asignación de presupuestos anuales de miles de millones, se evidencia un sistema de colusión que beneficia y enriquece a contratistas vinculados a dinastías políticas. Mientras ambas cámaras del Congreso y funcionarios del Gobierno buscan investigar a los artífices de los proyectos fantasma y fallidos que aprobaron y dieron su visto bueno, larendición de cuentas sin integridad" es una mera farsa. Un sistema que permite que quienes tienen intereses contrapuestos y un historial cuestionable dirijan las investigaciones es una burla a la justicia.
No podemos ignorar la creciente discrepancia entre los beneficios económicos y la dignidad humana.
El progreso de nuestra nación y la vida de las futuras generaciones están en juego. No podemos confiar el futuro de nuestro país a dinastías Políticas, líderes corruptos, asesinos, especuladores, especuladores, saqueadores convictos y traidores a la patria (aquellos con doble nacionalidad que colaboran con potencias imperialistas).
Nuestras calles inundadas, la infraestructura en ruinas y el estilo de vida ostentoso de los funcionarios son señales de un sistema gubernamental fallido y sin cimientos sólidos. Simbolizan la perpetuación de líderes corruptos, dinastías políticas arraigadas y un gobierno en bancarrota. No seremos meros espectadores ante todo esto. Manifestaremos nuestra indignación y repudio mediante acciones colectivas y protestas de solidaridad.
Hacemos un llamado a una profunda transformación espiritual y moral de nuestra Sociedad. La verdadera conversión ecológica, el discipulado y la mayordomía requieren pasión por la justicia y la paz, la promoción de la sostenibilidad y el respeto a la transparencia y la rendición de cuentas en todos los aspectos de nuestras vidas.
En respuesta al llamado de la Iglesia, la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas animó a los fieles cristianos a vestir de blanco todos los domingos hasta la Fiesta de Cristo Rey, en oración y llamado a la integridad y la rendición de cuentas en el Gobierno, así como a la conversión de todos los involucrados y a la reparación por los males de la corrupción.
Nuestras Hermanas y Compañeras en la misión han participado cada viernes en una protesta nacional ''noise barrage'' todos los viernes, mediante cánticos, el tañido de campanas y el rezo del Rosario por la justicia, para que ''los culpables sean procesados y encarcelados'' y los fondos robados sean devueltos al Pueblo Filipino.
Nuestra declaración colectiva afirma: “Como Filipinos conscientes y cristianos pertenecientes a una Congregación Religiosa con una larga tradición y misión de trabajar por las mujeres, la justicia social, la paz y la integridad de la creación, responderemos en solidaridad con los demás, guiados por nuestra Fe, nuestras convicciones morales y nuestra pasión por la justicia, especialmente para los sectores pobres y marginados de la sociedad”.
Permaneceremos vigilantes en la oración y resilientes en la acción durante estos tiempos turbulentos que se avecinan, mientras el país continúa sufriendo una serie de calamidades naturales, como tormentas y terremotos.





