Por Massimiliano Viatore, Interventor Financiero, Oficina de Administración y Finanzas
La idea de la corresponsabilidad es fundamental en el planteamiento financiero de la Iglesia. Las directrices vaticanas '"La economía al servicio del carisma y de la misión"' ofrecen valiosas ideas sobre cómo nosotros, como congregación de la Iglesia, podemos gestionar nuestras finanzas de forma eficaz, manteniéndonos fieles a nuestros valores.
El documento habla de cómo "los bienes y las obras nos son confiados como don de un Dios providencial para el cumplimiento de la misión". Esto nos obliga a gestionar cuidadosamente el dinero de la Congregación de forma responsable, transparente y rindiendo cuentas para garantizar que los fondos se utilizan de forma ética y para apoyar la misión..
En vista de ello, en nuestro 31° Capítulo Congregacional nos comprometimos valientemente y de todo corazón con seis Llamadas a la Acción uno de los cuales versaba sobre los Recursos FinancierosEn ella, nos comprometimos a "garantizar un reparto equitativo de los recursos como componente importante de una cultura universal de la justicia y una buena administración de los recursos para la sostenibilidad de la misión”.
Nuestra Llamada a la Acción está en perfecta armonía con las directrices de la Iglesia. Pretende llevar a la práctica los pasos necesarios para mejorar y alinear la gestión económica, financiera y patrimonial de la Congregación a todos los niveles (local, provincial, regional y congregacional).
Las directrices del Vaticano también animan a las congregaciones a "invertir de forma que se promueva la justicia social, la sostenibilidad medioambiental y el bien común". Esta forma de inversión ética significa elegir inversiones que no sólo proporcionen rendimientos financieros, sino que también beneficien a la sociedad, demostrando que es posible ser rentable y tener principios a la vez.
Para poder afrontar los retos financieros y tomar decisiones financieras inteligentes que se ajusten a nuestra misión y garanticen su estabilidad, es esencial que quienes gestionan los recursos financieros de la Congregación tengan acceso a una formación continua en finanzas..
Así es como las finanzas y la fe pueden trabajar juntas para mejorar nuestra misión. Centrándonos en la corresponsabilidad, inversión ética, y educación financierapodemos gestionar nuestros recursos de forma que apoyen nuestra misión y nuestros objetivos espirituales.
Para lograrlo de la mejor manera posible, la Oficina de Administración y Finanzas comenzó a planificar actividades de formación para proporcionar herramientas esenciales para identificar el Patrimonio Estable* de la Congregación y responder a las necesidades de formación de quienes gestionan nuestros recursos financieros a nivel de Unidad.
Para proporcionar capacitación en esta área, organizamos nuestras primeras sesiones de formación en Filipinas el año pasado para líderes de unidad y miembros del consejo, ecónomas y hermanas y/o partners en la misión en puestos de gestión de Unidad de todas las Unidades de Asia-Pacífico. Este mes, ofrecimos una capacitación similar en Colombia para las Unidades de América Latina.
Aunque a menudo complicadas desde el punto de vista administrativo, estas sesiones nos han ofrecido una visión única de las diferentes perspectivas y realidades vividas en estas regiones, cada una con una determinación distinta e indescriptible de seguir adelante con los cambios necesarios para mantener viva la misión de la Congregación a toda costa.
Como equipo de formación, nos sorprendió y asombró la energía de todos los participantes (animadoras provinciales, ecónomas provinciales y partners en misión), que mostraron una increíble capacidad para asimilar la información y ponerla en práctica de forma concreta.
No es una empresa fácil, pero nos infunde esperanza. En el cambiante clima actual, nos enfrentamos a grandes retos y este viaje evolutivo tiene un largo camino por delante. Esperamos con impaciencia que se organicen nuevas sesiones de formación en toda la Congregación. celo we look ahead to further planned training sessions around the Congregation.
* Consiste en todos los bienes muebles e inmuebles, propiedades o mobiliario de la Congregación que son esenciales para mantener nuestra vida y misión.