La caridad, uno de los tres pilares de la Cuaresma, va más allá de simplemente dar a quienes lo necesitan: es una poderosa expresión de solidaridad y compasión que nos invita a reconocer la dignidad de cada ser humano y a responder a la injusticia económica con generosidad intencional.
El Papa Francisco nos recuerda frecuentemente que en el corazón de nuestra humanidad compartida se encuentra el llamado a la justicia económica. Esto no es solo un ideal elevado, sino un desafío tangible: una forma de solidarizarnos con los más pobres y vulnerables de nuestra sociedadA través de iniciativas como La economía de Francisco y su postura contra los sistemas injustos expresada en Evangelii Gaudium y Fratelli Tutti, , el Papa Francisco dirige nuestra atención a las evidentes desigualdades perpetuadas por el capitalismo desenfrenado, la codicia y los sistemas que priorizan las ganancias por encima de las personas.
La Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor reconoce este llamado e integra esta visión en su misión. Basadas en nuestro Documento de Posición sobre Justicia Económica, respondemos a las necesidades de quienes están más excluidas—mujeres y niñas atrapadas en la pobreza—de maneras prácticas y transformadoras. Al ofrecer acceso a la educación y enseñar a mujeres y niñas a utilizar y desarrollar sus habilidades, hemos visto cómo la transformación se expande de individuos a familias y comunidades enteras.
Llamada a la acción
La justicia económica se hace realidad en cada acto de solidaridad, grande o pequeño. Pero no pienses que tu simple acto de caridad esta Cuaresma es ya una respuesta a nuestro llamado a la justicia económica. El Papa Francisco dice: “No basta con ofrecer asistencia temporal; debemos trabajar hacia la transformación.”
La justicia económica no se trata solo de caridad; se trata de dar a cada persona lo que le corresponde y de crear sistemas que “sirvan a las personas, en lugar de las ganancias.” Es un llamado a la acción para todos nosotros, especialmente en lo que respecta a cómo se sostiene sistemáticamente la pobreza global.
Esta temporada de Cuaresma – y más allá – apoya iniciativas de comercio justo Fairtrade y empresas éticas, cambiando tu comportamiento para desafiar los sistemas que perpetúan la injusticia económica.