Por la Provincia de BFMN
Después de 133 años de presencia continua, la Congregación se retira de su misión en Hungría. El 20 de enero de 2025, la entrega de la misión a los Hermanos Maristas fue un momento emotivo, lleno de tristeza, gratitud y esperanza para quienes dedicaron parte de su vida a esta obra de misericordia. Seis hermanas de la Region of BFMN-Europe estuvieron presentes para compartir sus experiencias.
UNA MISIÓN HISTÓRICA DEFINIDA POR LA FIDELIDAD Y LA TENACIDAD
La Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor estableció su primera comunidad en Budapest en 1892, hace más de 130 años. A pesar de los desafíos históricos, su misión se mantuvo firme, centrándose siempre en el apoyo a las mujeres y las jóvenes necesitadas. Incluso durante la época comunista, que llevó a la dispersión de las hermanas y los niños durante 40 años, la Congregación perseveró con notable fe y determinación.
La Hermana Magdalena Franciscus, miembro del Equipo de Liderazgo Congregacional en la década de 1990, recordó el fervor de las hermanas, su fe inquebrantable y su capacidad de permanecer, hermanas apostólicas y contemplativas, incluso en condiciones difíciles. También destacó un momento crucial: "Quiero hablar de la iniciativa del Padre Joseph, quien, al llegar a Roma, hizo un llamamiento al Equipo de Liderazgo Congregacional de la Congregación. A raíz de esta visita, en 1992 se nombraron hermanas para restablecer una comunidad en Budapest.”
Cuatro hermanas -Hermana Georgette, Hermana Regina, Hermana María y Hermana Carmen- asumieron la misión superando las barreras lingüísticas y los retos culturales para abrir un centro de acogida para mujeres y niños maltratados, a la vez que contrataban personal laico.
ENTREGAR LA MISIÓN: UN ACTO DE CONFIANZA
Al traspasar la misión a los Hermanos Maristas, la Congregación expresó su profunda gratitud a quienes continuarán la labor iniciada hace más de un siglo. Como dijo la Hermana Magdalena ''Con profunda emoción y confianza, les confiamos esta preciosa misión, inspirada por nuestros fundadores, pidiéndoles que honréis sus raíces.''
Añadió que la Congregación permanecería espiritualmente unida, diciendo, “Estamos a lado de ustedes con el corazón y en la oración.” También destacó el papel crucial del personal laico, que ha sido decisivo en el apoyo a mujeres y niños y que continuará su vital labor.
Durante la ceremonia de traspaso, se entregó a los hermanos Maristas un símbolo significativo: una representación de ambas congregaciones, acompañada de la bandera húngara, como signo de unidad y de la misión en curso. Las hermanas encomendaron este nuevo capítulo a la intercesión de San Juan Eudes, Santa María Eufrasia y el Padre Champagnat, fundadores espirituales de las congregaciones, pidiendo su guía para continuar esta misión de compasión y rehabilitación.
Ahora, los Hermanos Maristas afrontan el reto de llevar adelante la misión que nuestras hermanas han defendido fielmente. El Hermano Gabriel, Provincial de los Maristas, les aseguró que: “Vuestro compromiso y confianza nos inspiran, y estamos decididos a honrar este legado al continuar sirviendo a la sociedad húngara a través de estos hogares con la misma pasión y dedicación.”
UN LEGADO VIVO: VIDAS TRANSFORMADAS Y UNA MISIÓN QUE PERDURA
La hermana Victorine, misionera en Hungría de 2015 a 2024, reflexionó sobre el impacto de la misión: "Durante nueve años, trabajé en nuestros centros de acogida para mujeres con niños. En aquella época, éramos 10 hermanas.'' Dejar Hungría, aunque doloroso, también se vio como una transición natural de la labor iniciada por las hermanas fundadoras.
“Fue profundamente conmovedor y triste ver que, después de 133 años de presencia de nuestra Congregación en este país, teníamos que irnos,'' compartió la Hermana Victorine, que abrazó este cambio con fe. ''También doy gracias al Señor por nuestras hermanas húngaras y por nosotras, hermanas misioneras, que dedicamos nuestras vidas a esta misión, trabajando con fidelidad y celo durante tantos años, continuaré rezando por los Hermanos Maristas.''
A pesar de la marcha de la Congregación, la esperanza se mantiene firme. La hermana Zsuzsa, la última hermana que sirvió en Hungría hasta el final, compartió: “La separación, el traspaso y la despedida fueron dolorosos, pero mantengo la esperanza de que los centros de acogida para mujeres que sufren violencia continúen su misión de atención y apoyo.”
La Hermana Gloria, que también estuvo presente en la ceremonia de despedida, describió las emociones encontradas del momento: “Estábamos rodeados de hermanas, sacerdotes, partners de misión, amigos, empleados y tantos otros que vinieron a mostrar su solidaridad."
Experimento una mezcla de nostalgia y gratitud hacia Dios por todo lo que se había logrado a lo largo de los años en Hungría.
Aunque la Congregación se retira, la misión continúa. Los Hermanos Maristas y sus partners de misión son ahora los encargados de llevar la antorcha, fortalecidos por el legado de las hermanas que dedicaron su vida a esta obra.
La Hermana Lucie concluyó: “Nuestras hermanas difuntas, que están enterradas en esta tierra, seguirán intercediendo por esta misión, tan querida al Corazón de Jesús, el Buen Pastor.''
La obra de misericordia, compasión y rehabilitación de mujeres y niños en dificultad sigue viva a través de quienes continúan esta misión con esperanza y fidelidad.
Tras la ceremonia, se bendijeron varias placas conmemorativas.
Gracias de corazón a las Hermanas Gloria, Lucie, Magdalena, Victorine y Zsuzsa por compartir sus testimonios.
Artículo publicado por primera vez en Our Lady of Charity of the Good Shepherd Express, Provincia de BFMN (Ed. No. 144 / Enero 2025)