Las Hermanas Sobia James y Samina Mukhtar, de Pakistán, quienes asistieron al reciente XX Capítulo de la Provincia de Sri Lanka/Pakistán (celebrado en Sri Lanka del 3 al 13 de septiembre de 2025), comparten su experiencia.
Con una mezcla de emoción y nerviosismo, nos sentimos muy agradecidas de asistir al Capítulo como delegadas, ¡una experiencia totalmente nueva para ambas!
El XX Capítulo Provincial fue un camino de fe, reflexión y renovación. Nos brindó la oportunidad de evaluar el progreso de los últimos seis años y discernir la dirección futura de la Misión del Buen Pastor a la luz de la visión y el espíritu de la Congregación.

Nuestras ceremonia de apertura incluyó un poderoso acto simbólico: verter agua en una barca, símbolo del llamado a revitalizar la misión misión y zarpar hacia nuevos horizontes. Este momento fue profundamente significativo, marcando el Capítulo como un tiempo de la presencia de Dios.
En su discurso de apertura, la líder Congregacional, la Hermana Joan López, nos recordó: «Nuestra identidad es clara: somos Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, con una visión que abraza la justicia y nos abre a una cultura verdaderamente universal». Una cita de Santa María Eufrasia que compartió se convirtió en una guía a lo largo del Capítulo:
"Que vuestro amor sea más fuerte que vuestra debilidad o vuestras dificultades.''
Este mensaje nos recordó todo lo que significa el verdadero pastoreo: tender la mano continuamente a los perdidos, los caídos y los débiles con compasión inquebrantable.
El Capítulo comenzó con un retiro de tres días dirigido por la Hermana Íñigo, que marcó un tono profundamente espiritual. Basándose en la Palabra de Dios, la hermana Íñigo reflexionó sobre el Espíritu Pastoral de Jesús, el Buen Pastor, tal como se revela en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Este retiro preparó a los delegados para adentrarse en la profundidad y el significado del proceso capitular.
Las sesiones comenzaron con la presentación y escucha del informe de progreso de la Provincia durante los últimos seis años. Presentado por la Hna. Maryanne Perera y el Liderazgo Provincial, este informe invitó a reflexionar sobre las contribuciones personales y colectivas al crecimiento de la misión, especialmente en Pakistán.
A lo largo del Capítulo, todos experimentamos una mezcla de alegría, desafío, renovación y reconciliación. El proceso fomentó el diálogo abierto, la escucha activa y el discernimiento comunitario: las facilitadoras, las Hermanas Anaya Borbon y Rebecca Kay, guiaron las conversaciones con habilidad y serenidad, asegurando que se mantuviera un espíritu de respeto y colaboración.
Experimentamos el espíritu visionario de nuestro Equipo de Liderazgo Congregacional, que nos acompañó durante todo el Capítulo. Su disponibilidad y guía apoyaron a los delegados en cada etapa. La cooperación entre el Equipo de Liderazgo Provincial (ELP) y el Equipo de Liderazgo Congregacional (ELC) fue evidente, reflejando un compromiso compartido y un liderazgo visionario inspirado en el espíritu del Buen Pastor. Damos gracias a Dios por líderes tan llenos de espíritu pastoral.
La experiencia del Capítulo fue un tiempo de aprendizaje mutuo y enriquecimiento espiritual. Las delegadas compartieron abiertamente, aprendieron unas de otras y profundizaron su comprensión de la misión. Todo el proceso reforzó el llamado a ser mujeres de contemplación, creatividad y valentía.

Durante los periodos de deliberación para la elección, las Hermanas fueron sinceras, expresando tanto sus dificultades como sus esperanzas para el futuro. Durante estas deliberaciones, el Sector de Pakistán propuso unirse a la nueva Región, un paso que se cree que mejorará la eficacia de la misión y la colaboración.
Esta experiencia fortaleció nuestro sentido de pertenencia y renovó nuestro compromiso de vivir la misión del Buen Pastor con mayor celo y visión.
Una reflexión que dejó una huella imborrable fue:
"¿Y si la oscuridad no es de la tumba, sino de la matriz?''
Esto simbolizó la esperanza, el renacimiento y la transformación que surge incluso en tiempos de incertidumbre.
Decir adiós a Sri Lanka fue un momento emotivo y lleno de gracia. Estuvo acompañado de gratitud por los años compartidos de crecimiento y misión, y de esperanza en nuevos comienzos.
El Capítulo permanecerá como un hito de gracia: una invitación a crecer, a servir y a avanzar como un solo cuerpo, guiados por el Espíritu de Jesús, el Buen Pastor.






