Por Hna. Rosine Razafindratovo, Madagascar (Sector de Las Islas)
Como hermana joven, la Llamada a la Acción de la Congregación para una Nueva Estructura de Gobernanza me ofrece una visión desafiante para el futuro.
Por supuesto, será interesante descubrir lo que nos espera, pero siempre existe cierto temor a adentrarse en lo desconocido, a no saber cómo se llevará a cabo esta reestructuración ni qué cambios traerá consigo.
Pero no me detengo en el miedo.
Sigo dejándome guiar por el Espíritu Santo y por las sugerencias para la reflexión ofrecidas por la Congregación. También me siento invitada a rezar por nuestras hermanas y por todos nuestros partners en la misión, especialmente por aquellos que están directamente implicados en este proceso.
Las preguntas que surgen en mi corazón durante este viaje me llevan a inspirarme en las vidas y testimonios de San Juan Eudes y Santa María Eufrasia que dieron origen a nuestra Congregación
A pesar de las dudas que tengo, o que puedan surgir, siento que cada vez somos más flexibles, abiertos y aceptamos cómo podremos adaptarnos a estas nuevas realidades por el bien de la Congregación.
Me motiva el hecho de que la Congregación sea internacional y que las comunidades estén formadas por hermanas de diferentes países que hablan diferentes idiomas. Esto me impulsa a querer aprender nuevas lenguas y a familiarizarme con las realidades vividas en otros países.
Me inspira la visión de crear algo nuevo y dinámico que responda mejor a las necesidades de hoy, donde se puedan compartir los recursos de nuestra región y donde aprendamos unos de otros de las experiencias vividas.
¡Este intercambio nos permitirá desarrollar relaciones más significativas y, a su vez, alimentar la misión para que sea cada vez más fructífera!!
Cuando miro hacia el horizonte, mi perspectiva ha cambiado: ya no se limita a mí, al lugar donde estoy, a mi provincia o al ámbito en el que trabajo. Tengo una nueva perspectiva más amplia y espero con renovado entusiasmo el amanecer que se avecina.