Una voz para los vulnerables en ISC 2025: Las mujeres como fieles artífices del cambio 

Una voz para los vulnerables en ISC 2025: Las mujeres como fieles artífices del cambio 

Una voz para los vulnerables en ISC 2025: Las mujeres como fieles artífices del cambio 

Una voz para los vulnerables en ISC 2025: Las mujeres como fieles artífices del cambio 

Una voz para los vulnerables en ISC 2025: Las mujeres como fieles artífices del cambio 

Una voz para los vulnerables en ISC 2025: Las mujeres como fieles artífices del cambio 

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Por la Hna. Jane Nway Nway Ei

Del 17 al 20 de junio de 2025, tuve el privilegio no solo de asistir, sino también de formar parte del equipo organizador de la Conferencia Internacional sobre Protección (ISC), celebrada en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Bajo el lema “Mujeres de fe, mujeres de fuerza”, la conferencia sobre protección reunió voces de resiliencia, fe y fortaleza de mujeres y hombres de todo el mundo. Fue una plataforma única en la que se compartieron historias de valentía y determinación, y se celebró el papel fundamental de las mujeres en la protección.

Durante la conferencia, me sentí impulsada a reflexionar sobre mi propia vocación y el mensaje que transmito durante el camino de la protección. Como mujer, doy gracias a todas las mujeres, incluida yo misma, que eligen la vida para ellas y para los demás. Creo que el carisma y la misión de nuestra Congregación es dar vida y dignidad a cada persona con la que nos encontramos. Yo llamaría a esto la misión de protección de nuestra congregación.

A lo largo de los cuatro días, las presentaciones destacaron algunos de los problemas más acuciantes. Entre ellos se encontraban el abuso de mujeres y niñas en zonas de conflicto, el abuso interno de mujeres religiosas dentro de instituciones religiosas, los abusos espirituales y de poder mediante el uso inadecuado del voto de obediencia, las mujeres como víctimas, los retos éticos en el liderazgo y la necesidad crítica de una mayor concienciación sobre la protección en casas de formación, seminarios y parroquias.

Una conclusión clave para mí fue la responsabilidad de reflexionar sobre estas realidades, no solo como observadora, sino con la empatía y la urgencia de alguien que es víctima o superviviente.

¿Qué podemos hacer para garantizar que las historias de sufrimiento, contadas o no contadas, sean escuchadas y abordadas? ¿Cómo podemos comprometernos a alinear la misión de protección de nuestra Congregación con los valores del Evangelio? Estas son las preguntas que llevé conmigo, preguntas sobre las que creo que todos los que estamos en el ministerio debemos reflexionar continuamente.

Tuve el privilegio de presidir la sesión 1 del segundo día, que se centró en los diversos contextos de violencia, incluyendo la guerra, el tráfico de personas y la migración. Junto con las ponentes principales, la hermana Teodora Shulak, la hermana Abby Avelino y la hermana Veronica Openibo, mantuvimos un diálogo muy profundo sobre las realidades globales. Sus reflexiones fueron un llamamiento oportuno a responder con valentía, compasión y acciones decisivas.

Un momento especialmente emotivo para mí fue el discurso inaugural de la hermana Simona Brambilla, prefecta del Dicastery for Institutes of Consecrated Life and Societies of Apostolic Life. Sus palabras resonaron profundamente en mí cuando dijo:

“Las mujeres encarnan el arte sagrado de tejer con Dios y en Dios. Tejen cuerpos, tejen pensamientos, sentimientos, sensibilidades, deseos, sueños y esperanzas. Tejen vínculos, tejen puentes y tejen lugares seguros, creando tiendas en las que uno puede descansar, recuperar fuerzas y encontrar refugio del sol y la lluvia.”

Esta imagen de las mujeres como “tejedoras” de seguridad y esperanza capturó la esencia de lo que nos propusimos lograr durante la conferencia. Nos recordó nuestro papel sagrado como mujeres que trabajamos con fe y fortaleza para construir una cultura de protección. Ya sea que el hilo se teja en zonas de guerra, dentro de instituciones o a través de la defensa de base, tenemos la responsabilidad colectiva de crear espacios de restauración, protección y justicia.

Un llamado a la acción 

Para llevar adelante el espíritu transformador de ISC 2025, debemos preguntarnos:

¿Estamos dispuestos a escuchar con humildad y atención las voces del dolor y las historias no contadas? 

¿Cómo podemos desafiar las estructuras y actitudes perjudiciales sin dejar de estar arraigados en los valores del Evangelio? 

¿Qué papel puede desempeñar el liderazgo ético a la hora de allanar el camino para un cambio sistémico en la Iglesia y más allá? 

Las respuestas residen en nuestra determinación colectiva de tender puentes de fe, fortaleza y justicia, incluso ante los retos más abrumadores. No solo estamos llamadas a soñar con un mundo mejor, sino a caminar activamente junto a los más vulnerables, diciendo “si” a la vida y salvaguardando su dignidad sin perder de vista nuestros valores e identidad fundamental.

El ISC 2025 no fue solo una reunión, fue un movimiento de fe en acción. Juntos, reafirmamos nuestra responsabilidad de fomentar un mundo más seguro para todos, paso a paso.

Fotografías utilizadas con la amable autorización del IADC - ISC

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