Por Miguel Fleitas Martinez, partner en la misión, Paraguay (Provincia de Sudeste de América Latina)

Comencé mi camino como partner en misión en 2010, cuando fui invitado por la Congregación a participar en las reuniones de planificación para apoyar y fortalecer la misión en Paraguay.

Como trabajador social que había trabajado para ONGs locales y organismos públicos en la implementación de políticas sociales vinculadas al desarrollo de la participación protagónica de diversas comunidades, me sentí profundamente fascinada por los valores, el carisma y la espiritualidad de la Congregación.

Estas primeras reuniones de planificación y los posteriores espacios de encuentro con hermanas y partners de misión me ayudaron a comprender el profundo compromiso de la Congregación con la vida y el valor inconmensurable de cada persona independientemente de sus circunstancias personales.

Durante estos 14 años, he experimentado profundos cambios, tanto en mi vida personal como en la vida de la Congregación.

Trágicamente, mi querida compañera de vida Zunilda Mareco - que había sido Coordinadora de Proyectos de Desarrollo Comunitario del Buen Pastor - murió de Covid en abril de 2021.

Fui testigo del amor misericordioso de Jesús Buen Pastor cuando las hermanas le brindaron todo el amor, cuidado y el acompañamiento medico profesional del cual disponían después de su diagnóstico.

Una ternura que continuó experimentando y nos sostuvo a mí y a mi hijo, Eduardo, en nuestros momentos de oscuridad y fragilidad humana tras su muerte.

Esta experiencia fortaleció mi amor por la Congregación y mi celo por la misión. Yo también me siento llamada y desafiada a tender la mano a los necesitados, generando respuestas creativas a favor de la dignidad y los derechos de todas y de todos.

Hoy trabajo junto a hermanas y partners de misión, participando activamente en el proceso de planificación e implementación de nuestras respuestas a los Llamadas a la Acción del último Capítulo Congregacional.

En Paraguay y Brasil, que conforman la Provincia del Sudeste América Latina, estamos preocupadas en particular con la Nueva Estructura de Gobernanza ya que buscamos formas nuevas y creativas de estructurarnos con las otras provincias que se encuentran en el ámbito de la REAL.

En este caminar permanente, creamos espacios de diálogo, discusión y análisis, donde buscamos mirar de manera integrada desde nuestras particularidades de hermanas apostólicas, contemplativas y partners en la misión.

En el centro de lo que hacemos y sentimos, está la la misión. Esto nos invita a ofrecer lo mejor de nosotras mismas para crear estructuras eficaces, donde las personas vean confirmada su dignidad y sus derechos y tengan acceso a oportunidades adecuadas para lograr su pleno desarrollo como hijas e hijos de Dios.

Nuestra visión es que con optimismo, fe y apertura abrazaremos la nueva estructura que surja, permitiéndonos seguir promoviendo actitudes de salvaguardia, misericordia y reconciliación para hacer realidad cotidianamente las palabras de nuestro lema congregacional: "Una persona vale más que un mundo”.Una persona vale más que el mundo entero”.