Por la Hna. Julia, Coordinadora de Comunicaciones, India (India Central y Oriental, Nepal)
Lo que comenzó como una humilde respuesta al llanto de niños vulnerables se ha convertido en un santuario de esperanza, sanación y transformación. El 13 de octubre de 2025, Karunalayam (Casa de la Misericordia) en Mangalagiri, India, celebró un hito significativo: 25 años de servicio inquebrantable a niños sin hogar y en situación de riesgo.
Fundado en la costa este de la India, Karunalayam es un testimonio del poder de la compasión en acción. Este extraordinario centro se ha convertido en un verdadero hogar para niñas y algunos niños que han sido abandonados en las calles, rescatados de la trata de personas o liberados de diversas formas de abuso. Gracias a la incansable dedicación de nuestras Hermanas y Colaboradores en la misión, cientos de vidas jóvenes han sido transformadas a lo largo de estos 25 años.
Una Misión de Atención Integral
La misión de Karunalayam va mucho más allá de proporcionar un refugio básico. En un ambiente familiar, el centro ofrece servicios integrales de rehabilitación que abordan todos los aspectos del desarrollo infantil. Los niños rescatados reciben asesoramiento, educación, atención médica, comidas nutritivas y formación profesional, todo ello diseñado para ayudarles a convertirse en adultos independientes y empoderados.
La labor del centro se ha ampliado significativamente a lo largo de los años. A través del programa de Apadrinamiento Infantil, los niños vulnerables cuyos derechos están en riesgo reciben apoyo sistemático para su educación, salud, higiene, nutrición y necesidades familiares. Las Hermanas también se han asociado con el Gobierno de la India para gestionar CHILDLINE 1098, un servicio telefónico de emergencia disponible las 24 horas para niños que necesitan atención y protección.
Quizás lo más destacable es que tras siete años de investigación e intervención dedicadas, el equipo del Buen Pastor logró liberar a miles de niños de condiciones laborales abusivas y ayudarlos a reincorporarse a la escuela. Las estructuras comunitarias han recibido capacitación para supervisar y prevenir las violaciones de los Derechos del Niño, creando una red de protección que se extiende mucho más allá del centro.
Una Celebración de Transformación
El día comenzó con una solemne Eucaristía de Acción de Graciassolemne Eucaristía de Acción de Gracias Reverendísimo Señor Obispo Chinnabathini Bhagya, de la Diócesis de Guntur, acompañado por Sacerdotes, Hermanas del Buen Pastor y Religiosas de las comunidades vecinas. En su homilía, el Obispo reflexionó con gran delicadeza sobre el llamado a ser un Buen Pastor en el mundo actual, reconociendo con profunda gratitud la compasiva dedicación de las hermanas al proteger y empoderar a cada niña que encontró su hogar en Karunalayam.
La celebración irradiaba calidez y alegría mientras los niños de Karunalayam expresaban su gratitud con coloridos bailes y música. El momento culminante del día fue el alegre reencuentro de muchas antiguas residentes, ahora mujeres, esposas y madres, que regresaron con sus hijos al lugar que una vez forjó sus sueños. Lágrimas, risas y recuerdos compartidos llenaron el aire mientras abrazaban a las Hermanas que una vez fueron sus cuidadoras, maestras y familia.
Mirando hacia el futuro con esperanza
Este Jubileo de Plata fue más que un aniversario: fue una renovación de los lazos forjados a lo largo de años de vida y amor compartidos, una celebración de resiliencia y fidelidad. El encuentro demostró el profundo impacto que la atención compasiva puede tener en las vidas vulnerables, transformando no solo a individuos, sino a familias y comunidades enteras.
Durante más de 25 años, Karunalayam ha tocado innumerables vidas, ofreciendo no solo refugio, sino también dignidad, educación y esperanza para el futuro. Cada historia de éxito representa los esfuerzos conjuntos de las Hermanas del Buen Pastor, nuestros colaboradores en la misión y la comunidad en general, que han elegido acompañar a estos niños vulnerables.
Al mirar hacia el futuro, la misión continúa con un compromiso renovado. Las historias de transformación que han surgido entre estos muros sirven de inspiración para el trabajo que aún queda por hacer. Nuestras Hermanas y Colaboradores siguen dedicados a acompañar a muchos más niños en su camino hacia la plenitud de la vida, asegurando que Karunalayam siga siendo un faro de esperanza para las generaciones venideras.






