Por Hna. Shirley Tomalá, Comunicador de Enlace Provincial, Provincia de Ecuador.
La experiencia del encuentro de formación en un primer momento fue de tres días en Ecuador para hermanas y partners en la misión, momentos muy gratificantes y de aprendizaje, creando relaciones interpersonales.
Los días siguientes compartimos nuestra formación de hermanas contemplativas en la que participaron hermanas de las Provincias de: Argentina-Uruguay, Perú, Brasil-Paraguay y Ecuador.
La sencillez, la cercanía y la sabiduría de nuestras hermanas del Consejo Congregacional contemplativo, acompañaron nuestra sesión, sus experiencias desde el corazón fueron muy enriquecedoras.
Compartimos sobre la dimensión contemplativa en nuestras vidas, de que todos nacemos contemplativos. Así como también, sabemos que en nuestra Congregación no sólo la dimensión contemplativa es una realidad fundamental en la vida de cada persona, sino que Dios nos ha dado el regalo único a un grupo de personas al llamarnos a vivir la vocación contemplativala invitación a ser conscientes de esta llamada particular, en la que nos damos “la libertad de explorar la mejor manera de expresar y dar sentido a nuestro llamado particular”, esto nos permitirá ser transparentes, desde relaciones transformadoras logrando visualizar la autenticidad de nuestra contemplación que nos impulsa al servicio y apoyo hacia el otro desde el Amor.
Los valores esenciales como el silencio, la oración, la soledad y estudio como pilares de nuestra vida contemplativa, significan la fuente de curación en nosotras mismas y en el mundo. Dios es la fuente de todo ser, quien nos anima a vivir la misericordia, la compasión, el perdón, la paciencia y la confianza que sólo Dios tiene; amamos en lo ordinario, poniendo así en práctica la cultura universal de la justicia.
Reflexionamos sobre el liderazgo espiritual , aquel que se vive y se transmite desde el interior del ser, vivir el liderazgo espiritual desde la escucha atenta, sirviendo en fraternidad, tomándonos el tiempo para cuidarnos unas a otras, considerando que la vulnerabilidad no es debilidad sino más bien una fuente de fortaleza, todos compartimos la misma mesa desde el parternariado, como misión en relación y constante evolución.
María Magdalena, una mujer contemplativa, mística y profética, sigue inspirando nuestra vida de seguimiento a Jesús. De manera particular me anima a ser valiente y a abrazar mis propias vulnerabilidades y desde ahí co-crear con mi comunidad caminos hacia la plenitud de una vida reconciliada con toda la creación.
Esto me invita y a la vez me desafía a abrir cada día mi mente y mi corazón no sólo para ver y comprender, sino para vivir y el amorlo interpreto como aceptar las cargas de la vida ¿quién no las tiene? ¡Es sólo el amor del Buen Pastor quien nos renueva!
La diversión, la alegría profunda de compartir nuestras culturas, y la vida en sí, enriquecieron nuestra fraternidad desde los pequeños detalles, para seguir siendo hermanas y amigas en este viaje juntas.