Pascua 2025
Queridas hermanas y laicos/as, Partners en la Misión:
¡Cristo ha resucitado!
¡El amor ha triunfado!
¡Hay esperanza!
En el amanecer silencioso de la mañana de Pascua, cuando la piedra es removida y el sepulcro queda vacío, se ofrece al mundo una vez más el don más radical: la esperanza resurge, incluso de las profundidades del dolor.
Esta Pascua no llega sin sufrimiento. Llevamos en el corazón la angustia de las guerras que destrozan vidas, los temblores de tierra que dejan comunidades destruidas, el desplazamiento forzoso de nuestros hermanos y nuestras hermanas, y la indiferencia cruel a la que se enfrentan las personas que viven en las márgenes.
Sin embargo, es precisamente en medio de estas realidades donde llega Cristo Resucitado: no con la fuerza, sino con la misericordia; no con el trueno, sino con la luz.
En cada una de nuestras situaciones, ya sean alegres o dolorosas, se nos invita a resurgir, a ser personas de Resurrección. Levantar a los caídos. Infundir vida allí donde reina la desesperación. Caminar con delicadeza, pero con confianza, con quienes nos han sido confiados.
En cualquier lugar donde prestemos nuestro servicio seamos portadores/as de luz, peregrinos/as de esperanza, testigos de la ternura infinita de Dios.
¡Les deseamos una Pascua llena de gracia y bendiciones!
! Con profunda gratitud y alegría pascual,
Equipo de Liderazgo Congregacional
Descargar la carta de Pascua del Equipo de Liderazgo Congregacional aquí.