Por el Buen Pastor Internacional de Justicia y Paz
Como parte de la 69º Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), el equipo del Buen Pastor Internacional de Justicia y Paz (GSIJP) se unió a una poderosa Coalición de Congregaciones Religiosas Católicas para organizar el evento paralelo, ''Plataforma de Acción de Beijing: Mujeres e Iglesia en Acción por la Equidad de Género.'' Celebrada el 11 de marzo en la ONU en Nueva York, la sesión destacó el valiente liderazgo de las religiosas al desafiar las estructuras patriarcales y promover la igualdad de género.
Moderado por Kimberly Happich Moloche, Directora de Incidencia Política de GSIJP, el evento reunió a destacadas líderes religiosas, entre ellas la Hna. Margaret Lynch, Coordinadora de GSIJP. En su conmovedor discurso, Margaret destacó los desafíos persistentes que enfrentan las Religiosas al afrontar las injusticias de género en la Iglesia y la Sociedad.
Margaret destacó el liderazgo visionario de Santa María Eufrasia, Fundadora de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, quien desafió las barreras sociales y religiosas en el XIXº siglo para crear espacios seguros para niñas y mujeres en situación vulnerableRelató un ejemplo impactante del ingenio de Santa María Eufrasia cuando enfrentó oposición para expandir su ministerio. En 1855, necesitando más espacio para atender a mujeres y niñas necesitadas, compró una antigua abadía, pero se le negó el permiso para moverse entre propiedades por la vía pública. Sin desanimarse, orquestó la construcción de un túnel subterráneo de 55 metros, demostrando que los obstáculos, ya sean sociales o estructurales, podían superarse con persistencia y esfuerzo colectivo.
Margaret también destacó la labor contemporánea de la Congregación, en particular en el apoyo a las mujeres en situación de prostitución. Compartió la historia del Proyecto Oasis del Buen Pastor en Brasil, establecido en respuesta a la segregación forzada de las mujeres en situación de prostitución durante el régimen militar. Esta iniciativa continúa brindando apoyo emocional, oportunidades de empoderamiento y vías para salir de la explotación a más de 1000 mujeres, incluyendo personas cisgénero y transgénero, en una comunidad aún dominada por 200 burdeles.
Al abordar la necesidad de soluciones prácticas en la lucha por la justicia de género, Margaret recordó los desafíos que enfrentaron las Hermanas del Buen Pastor al abogar por el uso del preservativo durante la crisis del VIH/SIDA de la década de 1980. A pesar de la oposición de las autoridades eclesiásticas, las Hermanas que trabajan con mujeres en situación de prostitución insistieron en estrategias de reducción de daños, incluyendo la distribución de preservativos y la promoción de la atención médica, para proteger la vida de las mujeres. Su valiente postura ejemplificó el compromiso inquebrantable de la Congregación de priorizar la dignidad, la salud y la justicia por encima de los dogmas restrictivos.
“Históricamente, las religiosas han sido idealizadas o rechazadas por su celibato, mientras que las mujeres en situación de prostitución han sido estigmatizadas por sus experiencias sexuales,'' señaló Margaret. “Nuestro trabajo desafía estas narrativas binarias y busca una comprensión holística de la dignidad de las mujeres, basada en la justicia, la compasión y el cambio sistémico.”
El debate también reflexionó sobre el legado de las religiosas como agentes de transformación social, en particular al abordar la desigualdad económica, la trata de personas y la violencia de género. Panelistas de diversas congregaciones coincidieron en la necesidad de una colaboración interreligiosa más profunda y un mayor apoyo institucional para amplificar las voces de las mujeres que abogan por la justicia.
Las reflexiones de Margaret reforzaron el compromiso inquebrantable de las Hermanas del Buen Pastor de acompañar a mujeres y niñas en sus luchas por la dignidad y la igualdad. Mientras la CSW continúa sirviendo como plataforma global para la defensa de la igualdad de género, la Congregación se mantiene a la vanguardia, garantizando que las perspectivas basadas en la Fe contribuyan significativamente a los debates sobre políticas y a la acción comunitaria.
Al concluir la sesión, Kimberly invitó a los asistentes a profundizar su diálogo con las ponentes, lo que generó un enriquecedor intercambio de ideas y estrategias para continuar la defensa de los derechos. ''La conversación de hoy no es el final, sino un llamado a la acción,'' afirmó Kimberly. ''Juntos, mediante la fe y la colaboración, podemos derribar las barreras sistémicas y crear un mundo más justo para todas las mujeres y niñas”
Las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor y las Sociedades en Misión siguen encarnando esta visión, demostrando que la Fe y la Justicia son inseparables en la búsqueda de la equidad de género.