Adoptar una perspectiva diferente de la cooperación y el desarrollo mundial que promueva la dignidad de los más marginados y excluidos es esencial para transformar el modo en que las instituciones y las organizaciones internacionales colaboran en el ámbito de la ayuda humanitaria. El Cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, hizo hincapié en esta necesidad de promover la cooperación sinodal y fraterna dentro de la Iglesia. En respuesta a este llamamiento en favor de un modelo de comunión eclesial, proceso sinodal, subsidiariedad y empoderamiento, se realizó una reunión de trabajo del 4 al 8 de marzo en Bogotá (Colombia) auspiciada por el Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM) y el Dicasterio.

La Good Shepherd International Foundation (GSIF) fue una de las agencias de ayuda e instituciones que trabajan en América Latina que estuvieron representadas en las reuniones. Cristina Duranti, Directora Ejecutiva de GSIF y Heidy Hochstätter, Directora Regional de GSIF América Latina, compartieron sus experiencias de cooperación sinodal con la Congregación, presentando las oportunidades y desafíos con un enfoque en los procesos destinados a promover la planificación a largo plazo y el trabajo en red.

Al reflexionar sobre el camino emprendido con la Congregación, Cristina destacó: "Empezamos a promover una cultura de asociación hacia la cooperación, a través de una comprensión más profunda de los contextos locales, escuchando y respondiendo a las necesidades cambiantes de las comunidades. Esto nos permitió articular la misión y la visión en un marco contemporáneo que incorpora un enfoque basado en los derechos y se traduce en una renovación periódica de los ministerios de NSCBP."

Cristina y Heidy ilustraron los elementos clave del modelo del Proceso de Desarrollo para la Misión de la GSIF, que combina los tres principios clave de la Doctrina Social Católica (Ver, Actuar, Juzgar) con las mejores prácticas de las modernas teorías de planificación de proyectos. Cristina remarcó que "en el corazón del modelo está la necesidad de leer y responder a los signos de los tiempos, para promover la renovación y la sostenibilidad de la misión del Buen Pastor, para asegurar que pueda continuar dando vida y dignidad a los miembros más vulnerables de nuestras comunidades."

En cuanto a cómo las organizaciones pueden desarrollar soluciones efectivas para el desarrollo social y humano en la región latinoamericana, Heidy destacó el papel de las Oficinas de Desarrollo para la Misión en los países y en las regiones, que están en el centro del modelo global de desarrollo y sostenibilidad de la GSIF y de NSCBP. "Acompañar estos procesos para construir planes estratégicos a largo plazo significa mirar nuestra misión hoy a través de los nuevos llamados que vienen de las bases y de los actores globales, dentro y fuera de la Iglesia", explicó Heidy a los participantes del taller. "Este enfoque está arraigado en el carisma y el compromiso de servir a la misión, y sitúa en el centro la dignidad de las personas, al tiempo que garantiza la plena responsabilidad de nuestras acciones. Al adoptar este enfoque, aceptamos trabajar en comunión, diálogo y colaboración con quienes mejor pueden ayudar a satisfacer las necesidades de las mujeres, las niñas y los niños, creando un entorno de confianza, respeto y atención amorosa."