Por Kaitlyn Holdmeyer, responsable regional de comunicaciones, Provincias de Nueva York/Toronto, Central South, y Mid-North America

El 17 de julio, las hermanas del Buen Pastor y los partners en la misión unieron sus voces en todo Estados Unidos para celebrar el Día Nacional de la Defensa de los derechos, en solidaridad con el Centro Nacional de Defensoría, de las Hermanas del Buen Pastor y la Alianza para acabar con la trata de personas. Juntos, lanzaron un mensaje claro: nadie debería ser sometido a explotación, abuso o esclavitud moderna.

A lo largo del día, varias hermanas y partners se reunieron directamente con sus representantes locales en el Senado y la Cámara de Representantes para abogar por protecciones más sólidas para prevenir la trata de personas, incluyendo esfuerzos para crear salvaguardias más fuertes en Internet y las redes sociales para los niños, proteger a los que están en riesgo y garantizar que los sobrevivientes reciban el apoyo y los recursos que necesitan para sanar y recuperar sus vidas.

Por primera vez, la Hermana Barbara Beasley se adentró en el mundo de la defensa legislativa, una inspiradora extensión del valor fundamental del Buen Pastor : el respeto por la dignidad de cada persona. “Nadie debería ser objeto de falta de respeto, abuso o explotación,'' afirmó. ''Parte de nuestra misión es ayudar a liberar a las personas de todo aquello que les roba su potencial, sus esperanzas y la dignidad que Dios les ha dado."

Su experiencia fue a la vez reveladora y estimulante. ''Solo había visto el proceso legislativo desde lejos, normalmente a través de las noticias,'' reflexionó. ''Vivirlo de cerca me recordó que el proceso es profundamente humano, imperfecto y, a veces, defectuoso, pero aún así capaz de lograr cosas buenas para las personas y el mundo. Los legisladores son personas cuyas mentes pueden cambiar para mejor. Y aunque su personal esté entrenado para ser amable y complaciente, la defensa de causas realmente funciona."

Al recorrer el Capitolio, la hermana Bárbara sintió una oleada de esperanza y determinación. “El ambiente es estimulante. La gente está siempre en movimiento, pero también se respira una sensación de bienvenida. La hermosa arquitectura me recuerda el poder que tenemos, cuando actuamos juntos, para construir un futuro mejor para todos.''

El pasado Día de la Abogacía fue un claro recordatorio de que enfrentarse a los sistemas que explotan a los seres humanos requiere algo más que palabras; exige valor colectivo, acción y solidaridad. Aunque no todo el mundo puede interactuar directamente con el Gobierno de los Estados Unidos, todos los miembros de nuestra familia del Buen Pastor en todo el mundo pueden unirse a nosotros con su espíritu y sus acciones.

Al sensibilizar a nuestras comunidades, apoyar los esfuerzos locales e internacionales contra la trata de personas y rezar por el éxito de políticas justas, cada uno de nosotros puede ayudar a romper el ciclo de la trata y apoyar a los supervivientes en su camino hacia la libertad y la dignidad.

Juntos, más allá de fronteras y culturas, nos esforzamos por construir un mundo en el que se proteja y se celebre el valor de cada persona. Sigamos alzando nuestras voces, estemos donde estemos, en favor de la justicia, la dignidad y la esperanza para todas las personas.

Más información Hermanas del Buen Pastor en América del Norte y sobre el Centro Nacional de Defensoría, de las Hermanas del Buen Pastor .