Las Naciones Unidas estiman que hay hasta 150 millones de niños de la calle en el mundo, niños que se enfrentan a la estigmatización y la discriminación y corren un mayor riesgo de explotación y abuso.

Hoy, Día Internacional de los Niños de la Calle, reconocemos de manera especial la labor de nuestras hermanas y socios en misión de todo el mundo que intervienen con los niños de la calle para proporcionarles acceso a la educación, servicios básicos de salud y protección social.

Uno de estos programas es el Centro de Rehabilitación San Juan Eudes de Syongela Village (Kenia).

Como único apoyo para los niños de la calle en el condado de Kitui, el centro proporciona servicios sociales de incalculable valor para los niños, además de fortalecer a sus familias y a la comunidad en general.

La prioridad del centro es rehabilitar, reformar, reconciliar y reintegrar a los niños manteniéndolos fuera de las calles y facilitando una transición suave de vuelta a sus hogares, escuela y comunidad.

Después de entre seis meses y un año de rehabilitación, casi todos los niños y jóvenes apoyados por el centro se han matriculado de nuevo en la escuela.

Otra valiosa labor de este tipo se lleva a cabo en Antananarivo (Madagascar), donde las hermanas trabajan para ofrecer a los niños de la calle y a los niños más pobres en situación de riesgo -algunos de los cuales no han asistido nunca a la escuela- acceso a diversos niveles de educación en el Centro Fihavanana. Aquí, a las niñas de 14 a 18 años se les enseña cocina, pastelería, corte y confección, francés, catequesis y formación para la vida.

En total, hay 175 alumnos cuya presencia en el centro es una gran oportunidad para cada uno de ellos porque reciben educación y alimentos nutritivos. Una vez que terminan sus estudios, se les apoya para que encuentren trabajo y construyan su futuro.

En Cavite (Filipinas), en respuesta al creciente número de niños atraídos a situaciones de prostitución, la Hermana Mary Lydia Kalaw creó el Programa Morning Glory (MGP). A partir de ahí -y de la urgente necesidad de ofrecer a estos niños cobijo en un programa a largo plazo- se creó en 1991 el Bukid Kabataan (Granja Juvenil). El centro ofrece apoyo a niñas supervivientes de abusos, desatendidas, abandonadas o que antes vivían en la calle.

Sus programas y servicios están dirigidos a curar las heridas y dolores emocionales y psicológicos de las niñas, al tiempo que se aborda su desarrollo integral, permitiéndoles convertirse en miembros productivos de sus familias y de la sociedad.

En Cebú, la Congregación dirige el Centro Comunitario Kadasig para niñas y mujeres pobres que han estado en situaciones de desamparo o proceden de familias de riesgo. Aquí, a las acogidas se les proporcionan necesidades básicas como comida y alojamiento, atención médica y actividades psicosociales y espirituales. Destacando el papel fundamental de la educación en el proceso de curación y recuperación, los beneficiarios reciben asistencia educativa en escuelas e instituciones asociadas.El programa residencial se adapta a la situación y las necesidades de cada residente y está diseñado para apoyarles en su proceso de curación a medio y largo plazo.

A través de estos centros y de los muchos otros que la Congregación gestiona en todo el mundo, miles de niños y jóvenes han sido capacitados y la mayoría de ellos son autosuficientes y llevan una vida digna y con sentido.