Por la Hna. Mary Teresita G. Figueroa, RGS, Filipinas (Provincia de Filipinas – Japón)
Nuestras Viaje Sagrado hacia la Transformación Radical fue un programa de un mes de duración, celebrado en septiembre de 2025. Reunió a tres Hermanas de Filipinas y cinco de Myanmar para un tiempo de descanso, renovación y redescubrimiento de su vocación como mujeres del Buen Pastor en el mundo actual.

Nuestras Constituciones nos recuerdan que «nuestro crecimiento en libertad es un proceso que dura toda la vida». Este viaje sagrado tuvo como objetivo acompañar a las Hermanas en ese desarrollo a lo largo de la vida. Mediante la integración holística —espiritual, psicológica y emocional— el programa invitó a cada participante a redescubrir el equilibrio, la paz interior y un renovado celo por la misión. También buscó recuperar el espíritu del descanso sabático y la dimensión contemplativa de nuestra vocación. Sabbath rest and the contemplative dimension of our vocation.
Comenzamos escuchando la Historia del Universo:esa gran narrativa cósmica que cuenta el nacimiento de las estrellas, la formación de la Tierra y el surgimiento de la vida. Mientras recorríamos el Camino Cósmico, las Hermanas experimentaron no solo la belleza de la historia, sino también su propio lugar dentro de ella. Una Hermana exclamó con asombro: «¡Ahora sé que pertenezco al Universo!». Sus palabras capturaron el despertar que se producía en nuestros corazones:un nuevo sentido de identidad y pertenencia, una gozosa conciencia de que somos parte de algo inmenso y bueno, sostenidas tiernamente por el Creador que insufla vida a todas las cosas.
Cada día nos invitaba a bajar el ritmo. A través del yoga suave, la respiración tranquila y el cuidado del alma, comenzamos a honrar nuestros cuerpos como receptáculos sagrados del Espíritu. La sesión sobre arteterapia y «Abrazando la Vulnerabilidad para el Bienestar Psicoemocional» se convirtió en un umbral hacia la sanación. Allí, en la seguridad de la presencia compartida, aprendimos que la transformación no proviene de negar nuestro dolor, sino de acogerlo y permitir que la misericordia de Dios fluya suavemente a través de las grietas de nuestra humanidad.
Arraigada en la espiritualidad del Buen Pastor, esta travesía nos condujo de regreso al Corazón de Jesús, el corazón que late con compasión por toda la Creación. Nos recordó que la energía divina fluye a través de todo, llamándonos a la comunión e invitándonos a vivir con mayor profundidad nuestra vocación de ser presencias reconciliadoras, amorosas y compasivas en nuestro mundo. Nuestros votos religiosos no son cargas que soportar, sino dones que nos transforman: caminos de discipulado que desafían los valores del mundo y nos abren al misterio del amor transformador de Dios.
En la última semana, participamos en un Retiro de Espiritualidad de la Creación, un tiempo impregnado de silencio, arte y contemplación de la naturaleza. La vida de Santa María Eufrasia y el testimonio de nuestras Hermanas que nos precedieron se entrelazaron con el ritmo del retiro, guiándonos suavemente por los Cuatro Caminos de la Espiritualidad de la Creación::
- Vía Positiva: donde nos encontramos con el Dios de la Belleza, que se deleita en la Creación y llena nuestros corazones de gratitud por el don de la vida;
- Vía Negativa — donde nos encontramos con el Dios del Misterio, que nos invita a confiar en la oscuridad, el silencio y lo desconocido;
- Vía Creativa: donde descubrimos al Dios de las Infinitas posibilidades, dando a luz la creatividad y una nueva vida en nuestro interior;
- Vía Transformativa: donde fuimos tocadas por el Dios de la Compasión, quien nos llama a ser co creadoras de sanación en un mundo herido.
El retiro culminó en un Ritual de Creación, donde cada Hermana ofreció su obra de arte como símbolo de su corazón renovado: una ofrenda a la Creación continua de Dios. Al finalizar con la Danza de la Semilla, sentimos una alegría serena y una paz profunda. La semilla nos recuerda que el viaje sagrado no termina; continúa desplegándose en la tierra de nuestra vida cotidiana.
Este tiempo juntas fue más que un programa: fue una peregrinación del alma, un encuentro tierno con el Dios del Universo, quien resplandece en cada partícula de la Creación y susurra en lo más profundo de nuestro ser. Reavivó en nosotras un sentido de asombro, una profunda pertenencia y una amorosa responsabilidad por nuestro mundo. Regresamos a nuestras comunidades portando nuevas semillas de conciencia, compasión y comunión, confiando en que el mismo Dios que nos llamó a este viaje continuará haciendo nuevas todas las cosas!
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