Por la Hna. Contemplativa María Antonia García Ortiz, Miembro del Comité del Bicentenario, Provincia de Centroamérica
Al celebrar los 200 años de la fundación de las hermanas contemplativas en 1825, fue una gran bendición estar de vuelta en el hermoso entorno de Roma para asistir a las reuniones con el comité del bicentenario, del que soy miembro.
Este encuentro para continuar los preparativos para celebrar el año jubilar tiene para mí un gran significado a nivel personal: renueva mi vocación, mi vocación y mi gratitud por este hermoso don.
El reencuentro con los demás miembros del comité, Hna. Shirley Tomalá de Ecuador y Hna. Rosa Carrasco de Perú, ha sido una experiencia de aprendizaje, crecimiento y participación en la que la acción del Espíritu se ha manifestado con fuerza.
Nuestros encuentros fueron facilitados por Paula Sgherza, cuyo compromiso inquebrantable con el trabajo de la Congregación le facilitó la tarea de guiarnos para prepararnos para celebrar los 200 años de nuestra fundación como Hermanas Contemplativas.
Agradecimos la presencia de la Animadora Congregacional Hna. Joan Marie Lopez, las hermanas del Consejo Apostólico y, de manera especial, de nuestras Consejeras Contemplativas Congregacionales, Hna. Edith, Hna. Sadhani y Hna. Cristina.
También me pareció tremendamente significativa la experiencia de compartir la vida con las hermanas y las partners en la misión en la Casa Generalicia de Roma: compartir la esencia de nuestras personas mientras llevamos a cabo la voluntad de Dios con nuestras propias experiencias de vida.
Mis días aquí en Roma han reafirmado en mí el sentimiento de que el amor y la misericordia del Buen Pastor habitan en cada uno de nosotros, fue un signo del aniversario de nuestros 200 años de vida contemplativa.
Mi oración es que esta celebración del bicentenario nos revitalice en cada momento y que el espíritu y el celo de Santa María Eufrasia continúen iluminando no solo a nuestra Congregación, sino también a la Iglesia, a toda la humanidad y al mundo entero en una peregrinación de esperanza jubilar.