“La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la han vencido.» – Juan 1:5

Incluso en los momentos más oscuros de la vida, la luz de Jesús, el Buen Pastor, resplandece. Esta luz no solo ilumina las sombras; transforma, restaura y nos llama a fomentar comunidades basadas en el amor, la justicia y la dignidad para todos, donde nadie se quede atrás.

El Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2025 nos recuerda que “caminar juntos en la esperanza” requiere una acción intencional de andar con otros hacia una meta común, enraizada en nuestra dignidad compartida.

Nuestro objetivo común hacia una cultura universal de justicia, tal como se refleja en nuestros Documentos de Posición y Directrices Congregacionales, nos recuerda que ser portadores de la luz de Jesús significa ser intencionales en nuestros actos de justicia. Ya sea defendiendo la dignidad de los migrantes, luchando contra la trata de personas o enfrentando la devastación ecológica, nuestra misión debe estar enraizada en la comprensión de que cada ser viviente es una manifestación única de lo Divino: nacido del polvo de las estrellas, formado por la tierra y sostenido dentro de la gran red de la vida, fuente de luz y maravilla infinitas.

Llamada a la acción

Como hermanas y partners en la misión, somos co-creadores en la Misión del Buen Pastor, cuya luz atraviesa las barreras de la injusticia, la desigualdad y la exclusión..

Este año la Carta de Pascua del Equipo de Liderazgo Congregacional nos invita a que “dondequiera que sirvamos, seamos portadores de luz, peregrinos de esperanza [y] testigos de la ternura infinita de Dios."

También nosotros debemos salir de la oscuridad y entrar en la luz, para asegurar que nuestro camino no se desvíe de nuestra misión. Caminando juntos en esperanza, podemos transformar los espacios más oscuros en faros de renovación y esperanza mientras buscamos construir una cultura universal de justicia, dignidad y amor.

¿Qué pasos darás hoy para hacer brillar la luz de nuestra misión en el mundo?