En la penúltima de nuestras seis semanas de reflexiones previas al cumpleaños de Aguchita, el 13 de junio, seguimos compartiendo reflexiones sobre cómo su vida y su ministerio se hicieron eco de cada una de las seis áreas de intervención de la Congregación, mucho antes de que fueran definidas en nuestros Documentos de Posición. Esta semana, reflexionamos sobre el enfoque de Aguchita respecto a la Justicia Económica.
Aguchita quería que cada mujer identificara sus habilidades únicas y las desarrollara para aprovecharlas de la mejor manera posible. En el siguiente extracto, adaptado del libro Aguchita: Misericordia y Justicia, leemos cómo Aguchita trabajó para desarrollar estrategias sostenibles de desarrollo económico con las comunidades locales, garantizando que la generación de ingresos fuera pragmática y eficaz para las mujeres y sus familias.
Cuando las mujeres no tenían suficiente dinero para comprar comida para sus hijos, Aguchita las animaba a bordar, coser y a vender los artículos que habían hecho. Algunas tejían suéteres, otras hacían zapatos y otras cocinaban. Una vez terminados sus artículos, se dedicaban a venderlos, con lo que conseguían cubrir el costo de los productos básicos que necesitaban. Como recordaba una de ellas: “Al menos así teníamos con qué comprar comida”. Si sobraba algo de dinero, se añadía a la caja para intentar enseñarles “a ahorrar centavo a centavo”.
El Posición de la Congregación sobre la justicia económica nos llama a aumentar nuestra capacidad para comprender la dinámica de la exclusión económica mundial, abogar por la mejora económica y transformación social, ampliar los programas e iniciativas que aporten un alivio práctico de la pobreza..
Uno de estos programas es el Centro de Mujeres Eufrasia en Kenia donde respondemos a las necesidades de mujeres y niñas de los barrios marginales mediante programas educativos y de generación de ingresos para ayudarlas a alcanzar la estabilidad económica y la autosuficiencia.
Aguchita fue pragmática a la hora de facilitar a las mujeres el uso y desarrollo de sus habilidades para capacitarse económicamente y fue sabia al enseñarles a ahorrar para el futuro. La suya no fue una respuesta rápida, sino más bien una respuesta de alivio social y económico a largo plazo.
En tu vida y en tu misión, ¿qué contribución haces a la justicia económica? ¿Qué puedes aprender del enfoque de Aguchita?