La historia de Lillian: Midiendo el impacto del Buen Pastor a través de la investigación y la narración en Nueva Zelanda

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La historia de Lillian: Midiendo el impacto del Buen Pastor a través de la investigación y la narración en Nueva Zelanda

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Por Brittany Goodwin, Asesora en Política Social e Incidencia Política, Buen Pastor Nueva Zelanda

A pesar del progreso de Nueva Zelanda, muchas mujeres, jóvenes y familias se enfrentan a la pobreza y a la violencia familiar; una de cada tres personas ha sufrido violencia de pareja durante su vida. Las dificultades económicas empujan a las mujeres a situaciones de maltrato, mientras que las barreras sistémicas limitan el acceso a las ayudas.

Muchas mujeres y familias no tienen dinero suficiente para vivir cómodamente o en seguridad y carecen de ahorros que les sirvan como patrimonio o para casos de emergencias. Algunas ven arruinadas sus finanzas debido a la violencia familiar.

El Buen Pastor en Nueva Zelanda trabaja para abordar estos problemas, ofreciendo protecciones más sólidas, capacitación económica y soluciones impulsadas por la comunidad para lograr un cambio duradero.

Nuestro pequeño equipo de 30 personas se centra en la misión y la prestación de servicios. Ayudamos a las personas a reforzar su bienestar financiero e impulsamos iniciativas de sensibilización para las personas que sufren daños y dificultades. Debido al vínculo intrínseco entre bienestar financiero y bienestar general, nuestros servicios también influyen en cuestiones relacionadas con la autodeterminación y la esperanza.

Los dos servicios primarios que ofrecemos son: préstamos sin intereses y apoyo económico para casos de violencia familiar.

Nuestro servicio de préstamos sin intereses proporcionan asesoría financiera y opciones de crédito a bajo costo. Ofrecen una opción de préstamo alternativa que evita que las personas contraigan deudas de alto costo para pagar artículos de primera necesidad o incluso que tengan que privarse de ellos.

Nuestro servicio de económico para casos de violencia familiar ayuda a las mujeres a obtener su independencia económica, abogando y negociando en su nombre para reducir o eliminar las deudas forzadas. El servicio refuerza la capacidad financiera y la confianza para que las víctimas/supervivientes puedan mantenerse a salvo.

Medimos el impacto para saber qué aspectos de nuestro trabajo podrían continuar, mejorar o ser reconsiderados para asegurar que nuestros esfuerzos obtengan los mejores resultados para las mujeres, las jóvenes y sus familias.

Por ejemplo, la investigación que publicamos en febrero de 2025, ¿Qué tan bueno? El impacto de los servicios de bienestar financiero del Buen Pastor en la vida de las personas, destaca cómo las participantes tenían tres veces menos probabilidades de preocuparse por el dinero y más del doble de probabilidades de sentirse esperanzadas respecto al futuro después de trabajar con el Buen Pastor de Nueva Zelanda.

Las historias de las beneficiarias que han participado en esta investigación muestran el impacto de nuestros servicios en la vida de las personas. La historia de Lillian, dicha con sus propias palabras es un testamento de la naturaleza transformadora de nuestra intervención y apoyo.

"Antes de acudir al Buen Pastor, sentía que mi vida se desmoronaba a mi alrededor. Acababa de dejar una relación abusiva de larga duración y estaba empezando de nuevo con mis hijos. No fue hasta que salí de la relación cuando empecé a comprender el alcance de lo que había pasado: cómo mi expareja había controlado mi capacidad de ganar dinero y construir una carrera. En aquel momento, pensaba que era normal o incluso que era culpa mía.

Nunca olvidaré el alivio que sentí tras aquella primera llamada al Buen Pastor. Aparte del Refugio de Mujeres, fueron las primeras personas que me escucharon. No me juzgaron. No me preguntaron cómo había llegado a esa situación ni por qué no podía arreglármelas sola. En lugar de eso, me preguntaron: "¿Cómo podemos ayudarte?

El Buen Pastor me ayudó de muchas maneras prácticas. Me proporcionaron un préstamo sin intereses para cubrir las reparaciones más urgentes del coche. También me ayudaron a estructurar mis finanzas para hacer las cosas más sencillas.

Después de la experiencia con el Buen Pastor, por fin tenía una sensación de control en mis finanzas.

 Hoy, mi vida es muy diferente. Tras años de batallas legales, por fin recuperé la casa en la separación. He estado trabajando para repararla y mejorarla. También he encontrado un trabajo que me encanta. Es el tipo de trabajo que me resulta meditativo y curativo y que me hace sentir fiel a quien soy: me está ayudando a recuperar partes de mí misma que se perdieron en la relación."

[El Buen Pastor] fue como una luz que vino a mí y me dijo: «Sí, esto es muy duro, pero lo conseguimos y puedes hacerlo». Me dio un nuevo punto de partida. Me dio esperanzas de poder salir de mi situación."

 

Para saber más sobre el Buen Pastor en Nueva Zelanda: https://goodshepherd.org.nz

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